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IMAGEN SAGRADA DEL SEÑOR DE LA SANTA ESCUELA


Prof. Félix Estévez

Así la bautizaron a este tesoro sagrado del arte nacional, como EL SEÑOR DE LA SANTA ESCUELA, tanto al misionero dominicano que promovió la fe, como el inspector encargado la administradora de la escuela y todos entonces pobladores de Machachi, con la autoridad correspondiente la Escultura de madera ornamental de nuestro la expresión sencilla y divina , en actitud sentado, como existen otras imágenes el “SEÑOR DE LA PORTERIA” en la iglesia San Agustín – Quito y la imagen que se venera en la Iglesia de la Merced de Quito. Los escultores Ecuatorianos son numerosos, junto a los españoles, entre los cuales se mencionan: Diego de Robles , Luis Rivera , Fray Francisco Benítez, Fernando de Legarda, Juan Bautista Marcelo, Toribio Ávila, Fray Pedro Bedón, Miguel de Santiago, Fray Antonio Rodríguez, Nicolás Javier de Goribar, Bernardo Rodríguez de la Parra y Jamillo, Manuel Samaniego, Jaramillo, Joaquín Brito, etc, etc.


RESEÑA HISTORICA

Cuando llegaron a nuestra tierra Ecuatoriana los conquistadores españoles, vinieron igualmente con ellos, varias comunidades religiosas que con la antorcha del Evangelio, alumbrarían la impenetrable noche de las supersticiones. Junto al clarín de la lucha del conquistador, el misionero hizo oír su trompeta para las inteligencias dormidas en la ignorancia despertasen a la clara y refulgente luz de la verdad; por ello, donde ese conquistador planto el perdón de la patria, también se irguió hacia arriba la Santa Cruz… Vino la colonia con sus carismas apacibles, con su arte y su música, con las glorias cinceladas al calor de la verdad evangélica.


La historia de la imagen del SEÑOR DE LA SANTA ESCUELA se remonta a los años anteriores a 1700 de nuestra Colonia. Existe una obra inédita intitulada ”Compendiosa Relación de la Cristiandad en el Reino de Quito” cuyo autor es el padre Bernardo Recio y que forma un grueso volumen dividido en varios tratados, según el Padre Julio M. Matovelle. El manuscrito original se conserva en España, en el archivo de los Padres Jesuitas Segundo, Cap. VII, dice entre otras cosas: “De la particular bendición de este país (el territorio conocido en la Colonia como Reino de Quito) en los Santuarios que se goza de Cristo Nuestro Señor, de su Santísima Madre y de algunos Santos”.


Luego habla de la Imagen que se venera en Pomasqui conocido como el “Señor del Árbol”, por estar construido en un árbol vivo, en donde se deja ver con toda perfección los brazos, pies y rostro; relata en detalle del “Señor Crucificado de Girón” (Provincia de Azuay), el “Cristo de Buga” (Colombia), el Cristo de la Loma de Quito. El relator presta especial atención a la Imagen de Nuestro Señor cuando dice: “La imagen más justamente nombrada es la de “Cristo de la Portería o Señor de la Buena Esperanza”, venerada en la Iglesia de los Padres Agustinos y que tiene íntima relación con la escultura de nuestro Patrono. Según el P. Alfonso de Ovalle S.J. en su libro VII, Cap. 20 de su “Relación Histórica” la veneración de las Imágenes anotadas, ascendería al año 1634. Pero, en nuestro caso, parecería que nuestra Imagen vino a Machachi a mediados del siglo XVII.


Era una tarde de otoño. El Huracán destrozaba con su aliento las rubias sementeras y por todos los recodos de Machachi, se levantaban turbiones de polvo… la Ciudad descansaba apacible… De pronto asomaron por el Sur de Machachi, dos mulas sin guía por el único sendero de herradura que existía y que hasta hoy en día se llama “Camino Viejo” , situado al oriente de la Panamericana Sur y cargadas dos cajas bien aseguradas . Una vez que los animales estuvieron en nuestra población, la una siguió su marcha hacia el Norte, y la otra, como presionada por una fuerza desconocida, se detuvo en el centro de la ciudad y se dirigió decidida hacia la Escuela Parroquial que había en ese entonces; y fue a echarse en el patio rendido de cansancio y de fatiga. Llevados por la compasión del animal cansado, los alumnos empezaron a desatar las ligaduras de la caja que cargaba y le guardaron en una de las clases hasta cuando asome a reclamar el dueño de la acémila. Quisieron asegurar el animal, pero este ya había desaparecido sin que lo lograran darse cuenta que rumbo había tomado.


Pasaron algunos días y como no asomaba ninguna persona a reclamar por dicha caja, llamaron a la autoridad respectiva para entregarle a fin de que se adopte la decisión más conveniente. El misterioso cajón estaba asegurado con cinchones. Lo abrieron con cierto recelo y cual no seria se estupor y admiración al encontrarse con una escultura sentada del Redentor, cubierta con un velo blanco.


Ante la novedad del acontecimiento llamaron al Misionero dominicano de la ciudad y entre lágrimas de gozo y de intensa emoción trasladaron la sagrada imagen en piadosa procesión, hasta el oratoria parroquial, que era un chozón en donde el Divino Viajero recibió el homenaje de todo un pueblo que agradecido con el cielo no cabía de gozo por la merced que había recibido. Desde entonces, y, por haberse hospedado la sagrada imagen en la escuela, le dieron el nombre de EL SEÑOR DE LA SANTA ESCUELA.


Los misioneros franciscanos posteriormente construyeron el primer templo a la misma zona donde actualmente existe en los años 1698 y 1700 con cubierta de paja y allá trasladaron la sagrada Imagen. Con el pasar de los años, entre los años 1810 y 1827 se construyó un nuevo templo con la vista hacia el Oriente y junto a él, una Capilla dedicada al Venerable SEÑOR DE LA SANTA ESCUELA, ocupando gran parte de lo que hoy es la Avenida Amazonas. A raíz del terremoto del 7 de febrero de 1922, la Sagrada Imagen permaneció dentro de un canchón improvisado en donde hoy es el Parque Central, hasta cuando fue llevado en forma definitiva a la Iglesia Matriz.

Han pasado centenares y decenas de años del Milagroso SEÑOR DE LA SANTA ESCUELA, sigue y seguirá derramando sin medida sus gracias y bendiciones sobre millares de fieles que le honran y le aclaman….



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