Toro bravo por las calles de Machachi, una fiesta que hay que vivir
Daniela Maggi
Apenas dan las 10 de la mañana y Machachi empieza a llenarse de chagras y turistas. Unos cuantos precavidos llegan con paraguas porque “parece que va a llover”, asimismo ubican sus asientos de plástico sobre los tráileres o camionetas que cercan las calles a manera de tribuna improvisada. Las entradas libres se cierran con barreras hechas de tablones de madera para que el espectáculo sea sólo en el espacio que comprenden las calles 11 de Noviembre y Antonio Benítez a lo largo de la Av. Amazonas. Un camión llega con los protagonistas del evento, se trata de toros bravos que salieron del páramo para hacer de las suyas en medio de la urbe, sin embargo permanecen encerrados en el estrecho espacio durante aproximadamente una hora más hasta que todo esté listo. Cruz Roja Ecuatoriana, Policía Nacional y Municipal, fueron algunas de las entidades que colaboraron con seguridad durante la celebración que se realiza en conmemoración del aniversario de la asociación del chagra - ACOCHA.
Sin embargo Machachi no es la única ciudad en el mundo que invita al ganado bravo a pasearse por las calles adoquinadas de la ciudad, algo similar ocurre en España, en la ciudad de Pamplona, donde se dan los llamados “encierros”, festividad en nombre de San Fermín.
Cerca de las 11 de la mañana ya se anunciaba la apertura de las puertas que encerraban al ganado, los espectadores aprovechaban para hacer el gasto a los comerciantes que ofertaban desde papas fritas enfundadas hasta licor artesanal. Mientras tanto los atrevidos chagras preparaban sus capotes para recibir con un “ole” a los animales, incluso había quienes improvisaron y optaron por tomar las banderas de la publicidad electoral.
Los dueños del ganado se encargaban de desatarlos uno por uno, abrían las puertas e inmediatamente se avistaban los grandes cachos del animal quien con un gran salto se ponía a corretear a todo el valiente que le enfrente. Se trataba de un toro negro que perseguía el color rojo de las capas. En intervalos de 10 a 15 minutos salían los siguientes toros, uno tenía un cacho hacia abajo a lo que el público reaccionaba “no le clava pero si le golpea”, después uno de color café puso en alerta a la multitud, que se resguardaba tras los tablones, al intentar salir empujando con el cuerpo del toro. También hubo el caso de los animales más jóvenes que intentaban regresar al camión, quizás asustados al desconocer el lugar.
El primer herido salió en brazos de sus compañeros, los voluntarios de la Cruz Roja desinfectaron la pierna sangrante del chagra y comentaban que era necesario llevarlo al hospital “por si acaso”. Sin embargo algunos de los lastimados ignoraron el dolor, la sangre y los consejos de la gente, y se quedaron a presenciar todo el espectáculo. A pesar de que aparentemente no había hueco por donde puedan salir los toros, no faltó el susto que puso en alerta a los comerciantes que atendían con normalidad una cuadra más abajo en el Mercado Central. De igual forma los policías respondieron al reflejo del miedo y se dispusieron a correr apenas escucharon que una barrera se cayó. Gracias a la acción de los toreros el hecho no pasó a mayores.
Pasado el mediodía se lazaban a los toros para regresarlos al camión, algunos con más dificultad que otros. También regresaban las personas a sus domicilios y a sus negocios comentando de cierto herido, o de algún toro que los impresionó. Turistas y machacheños tendrán que esperar al próximo enero para vivir nuevamente el “Toro bravo por las calles de Machachi ”.